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martes, 25 de mayo de 2010

Dr. Jacinto Convit


Jacinto Convit: Un venezolano insigne

Nace en Caracas el 11 de septiembre de 1913. Médico venezolano cuyo trabajo ha marcado un hito importante dentro de los estudios epidemiológicos, al desarrollar una vacuna para la cura de una de las enfermedades más terribles en la historia de la humanidad, la lepra. Este notable aporte a la ciencia médica, le valió ser postulado en 1988 para el Premio Nobel de Medicina. Su educación secundaria la realizó en el Liceo Andrés Bello (Caracas) bajo la dirección de dos insignes maestros: Rómulo Gallegos y Pedro Arnal. El 19 de septiembre de 1932 ingresa a la escuela de Medicina de la Universidad Central de Venezuela. En septiembre de 1937 recibe el título de Bachiller en Filosofía, optando enseguida por el título de Doctor en Ciencias Médicas, presentando la tesis Fracturas de la Columna Vertebral en 1938. En síntesis, a partir de 1937 es imposible separar la vida de Jacinto Convit de la lucha contra la lepra en Venezuela. Hasta 1942 esa lucha consistió solamente en el aislamiento y tratamiento de los enfermos en leprocomios que dependían de la Dirección de Asistencia Social del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS). En 1945, Convit es enviado por el Ministerio de Sanidad al Brasil, para observar los servicios antileprosos de ese país, en el cual la lepra es aún un grave problema sanitario. Desde julio de 1946 médico jefe de la División de Lepra; correspondiéndole por tanto organizar toda la red nacional de lucha contra la lepra. En abril de 1961, Convit recibió la Orden del Libertador en el grado de Comendador y en agosto la Medalla Cultura Gaspar Vianna, conferida por el Ministerio de Salud del Brasil. Cabe destacar que durante Convit y su grupo de investigadores desarrollaron una vacuna que podía ayudar a las personas enfermas con lepra. Posteriormente, Convit declaró que era viable la utilización del modelo de vacuna contra la lepra, para curar la Leishmaniasis. Director fundador y activo del Instituto de Biomedicina, del MSDS y la UCV, ha recibido distinciones importantes como el premio Príncipe de Asturias, Héroe de la Salud de la OPS, Orden de Malta, Medalla Salud para Todos en el año 2000 OPS-OMS, Miembro Academia de Medicina.
¿Por qué Epidemiorum?

La selección de este nombre para el blog que estamos iniciando tiene mucho que ver con la historia de la medicina. La palabra epidemiología, que proviene de los términos griegos “epi” (encima), “demos” (pueblo) y “logos” (estudio), etimológicamente significa el estudio de “lo que está sobre las poblaciones”. La primera referencia propiamente médica de un término análogo se encuentra en Hipócrates (460-385 a.C.), quien usó las expresiones epidémico y endémico para referirse a los padecimientos según fueran o no propios de determinado lugar.
Hipócrates atribuyó la aparición de las enfermedades al ambiente malsano (miasmas) y a la falta de moderación en la dieta y las actividades físicas, su postura profundamente racionalista sobre el desarrollo de las enfermedades (ninguno de sus trabajos menciona curas sobrenaturales) y sus afirmaciones sobre la influencia del modo de vida y el ambiente en la salud de la población hacen de este médico el principal representante de la epidemiología antigua. El texto hipocrático Aires, aguas, señala que la dieta, el clima y la calidad de la tierra, los vientos y el agua son los factores involucrados en el desarrollo de las enfermedades en la población, al influir sobre el equilibrio del hombre con su ambiente. Siguiendo estos criterios, elabora el concepto de constitución epidémica de las poblaciones.
Muchos siglos después en 1580, aparece un libro de gran importancia para la epidemiología y la salud pública, publicado por el médico francés Guillaume de Baillou (1538-1616), llamado Epidemiorum (“sobre las epidemias”) el cual contenía una relación completa de las epidemias de sarampión, difteria y peste bubónica aparecidas en Europa entre 1570 y 1579, sus características y modos de propagación. Constituyó el primer trabajo comprensivo de su clase desde Hipócrates. Este insigne médico es considerado como el fundador de la epidemiología moderna, y quien restableció la práctica médica hipocrática en el renacimiento Europeo. Debido a que de Baillou tuvo una gran influencia en la enseñanza de la medicina durante la última parte del siglo XVI y la primera del XVII, fue Decano de la facultad médica de la Universidad de París (1580) por varias décadas, sus trabajos tuvieron un importante impacto en la práctica médica de todo el siglo XVII. Él probablemente fue el primero en describir la tos ferina (1578) y en definir el término reumatismo.
Fuente: López-Moreno, S., Garrido-Latorre, F. Hernández-Avila, M. Desarrollo histórico de la epidemiología:su formación como disciplina científica. salud pública de méxico / vol.42, no.2, marzo-abril de 2000 en http://www.cepis.org.pe/cursoepi/e/lecturas/mod2/articulo2.pdf