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sábado, 2 de junio de 2012

Personajes de la salud pública: Enrique Tejera

Médico, investigador científico y político. Exiliado en París por haber participado como dirigente estudiantil, en los sucesos universitarios de 1912. En Francia, tras servir en las ambulancias durante la Primera Guerra Mundial, obtiene el título de Médico Colonial en 1917. Sigue cursos de Bacteriología en el Instituto Pasteur de París, regresa a Venezuela en 1918; graduándose como Doctor en Ciencias Médicas. En Mene Grande y Trujillo descubre la existencia de la enfermedad de Chagas en Venezuela. En 1920 vuelve a Europa y realiza investigaciones, que combina con una exitosa carrera profesional. Publica numerosos trabajos en revistas médicas venezolanas y extranjeras y sus estudios sobre leishmaniasis, paludismo y los trasmisores de enfermedades tropicales, incluyendo la tripanosomiasis equina, le valen reconocimiento de instituciones extranjeras. En 1924, llega a ser director del laboratorio de Microbiología de la Sanidad Nacional, en el cual había comenzado su carrera sanitaria como exterminador de ratas, para luego ser preparador de bacteriología, ayudante de laboratorio, bacteriólogo y epidemiólogo (1924-1931). Durante el gobierno del presidente Eleazar López Contreras, fue nombrado ministro de Salubridad, Agricultura y Cría a comienzos de 1936. Sin embargo, a los 15 días, gracias a un plan madurado durante años, separa Agricultura y Cría y organiza el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, demostrando particular acierto en la designación de sus colaboradores: Martín Vegas, Arnoldo Gabaldón, Leopoldo García Maldonado, José Ignacio Baldó, Julio Diez, Darío Curiel y otros notables sanitaristas. A mediados del año 1936 renuncia al Ministerio de Sanidad, tras oponerse en una exposición ante el Congreso Nacional a una Ley de Defensa contra el Paludismo que según él, resultaría inútil y costosa. A partir de febrero de 1945, presidente del estado Carabobo donde realizó una obra eficaz en materia de educación, cultura y sanidad; en ese año trajo a Venezuela, y aplicó en Morón por primera vez, el DDT. Como consecuencia del 18 de octubre de 1945, se vio interrumpida su gestión de gobierno. Fue Profesor de histología normal (1926) en la Universidad Central de Venezuela, el 3 de febrero de 1926 fundó cátedra de Patología Tropical. En el campo de la investigación trabajó con éxito en la búsqueda de antibióticos a partir de los hongos microscópicos. Durante toda su vida Enrique Tejera compartió su incansable labor en la investigación y el progreso normal y científico de la medicina venezolana, con la reflexión social y política. Algunos cargos desempeñados por el doctor Tejera fueron: Presidente del Ateneo de Caracas; Presidente de La Cruz Roja Venezolana; en 1936 fue nombrado Ministro de Sanidad y Asistencia Social, Presidente y Director del Instituto Nacional de Higiene; ejerció la Cátedra de Medicina Tropical de la UCV; fue Ministro Plenipotenciario en el Reino de Bélgica, Ministro de Educación Nacional, Director ad-honorem del Instituto de Cultura Popular, Ministro Plenipotenciario en las Repúblicas de Uruguay y Paraguay, Presidente del estado Carabobo, Presidente de la Federación Médica Venezolana, Presidente de la Confederación Médica Panamericana, Presidente de la Sociedad de Ciencias Naturales, Presidente del Centro Venezolano-Francés, entre otros. Médico, investigador científico y político. Exiliado en París por haber participado como dirigente estudiantil, en los sucesos universitarios de 1912. En Francia, tras servir en las ambulancias durante la Primera Guerra Mundial, obtiene el título de Médico Colonial en 1917. Sigue cursos de Bacteriología en el Instituto Pasteur de París, regresa a Venezuela en 1918; graduándose como Doctor en Ciencias Médicas. En Mene Grande y Trujillo descubre la existencia de la enfermedad de Chagas en Venezuela. En 1920 vuelve a Europa y realiza investigaciones, que combina con una exitosa carrera profesional. Publica numerosos trabajos en revistas médicas venezolanas y extranjeras y sus estudios sobre leishmaniasis, paludismo y los trasmisores de enfermedades tropicales, incluyendo la tripanosomiasis equina, le valen reconocimiento de instituciones extranjeras. En 1924, llega a ser director del laboratorio de Microbiología de la Sanidad Nacional, en el cual había comenzado su carrera sanitaria como exterminador de ratas, para luego ser preparador de bacteriología, ayudante de laboratorio, bacteriólogo y epidemiólogo (1924-1931). Durante el gobierno del presidente Eleazar López Contreras, fue nombrado ministro de Salubridad, Agricultura y Cría a comienzos de 1936. Sin embargo, a los 15 días, gracias a un plan madurado durante años, separa Agricultura y Cría y organiza el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, demostrando particular acierto en la designación de sus colaboradores: Martín Vegas, Arnoldo Gabaldón, Leopoldo García Maldonado, José Ignacio Baldó, Julio Diez, Darío Curiel y otros notables sanitaristas. A mediados del año 1936 renuncia al Ministerio de Sanidad, tras oponerse en una exposición ante el Congreso Nacional a una Ley de Defensa contra el Paludismo que según él, resultaría inútil y costosa. A partir de febrero de 1945, presidente del estado Carabobo donde realizó una obra eficaz en materia de educación, cultura y sanidad; en ese año trajo a Venezuela, y aplicó en Morón por primera vez, el DDT. Como consecuencia del 18 de octubre de 1945, se vio interrumpida su gestión de gobierno. Fue Profesor de histología normal (1926) en la Universidad Central de Venezuela, el 3 de febrero de 1926 fundó cátedra de Patología Tropical. En el campo de la investigación trabajó con éxito en la búsqueda de antibióticos a partir de los hongos microscópicos. Durante toda su vida Enrique Tejera compartió su incansable labor en la investigación y el progreso normal y científico de la medicina venezolana, con la reflexión social y política. Algunos cargos desempeñados por el doctor Tejera fueron: Presidente del Ateneo de Caracas; Presidente de La Cruz Roja Venezolana; en 1936 fue nombrado Ministro de Sanidad y Asistencia Social, Presidente y Director del Instituto Nacional de Higiene; ejerció la Cátedra de Medicina Tropical de la UCV; fue Ministro Plenipotenciario en el Reino de Bélgica, Ministro de Educación Nacional, Director ad-honorem del Instituto de Cultura Popular, Ministro Plenipotenciario en las Repúblicas de Uruguay y Paraguay, Presidente del estado Carabobo, Presidente de la Federación Médica Venezolana, Presidente de la Confederación Médica Panamericana, Presidente de la Sociedad de Ciencias Naturales, Presidente del Centro Venezolano-Francés, entre otros. Fue miembro de muchas sociedades científicas y recibió numerosas distinciones honoríficas, entre éstas la Orden al Mérito en el Trabajo en su Primera Clase; Medalla de Instrucción Pública; Orden Francisco de Miranda; Gran Cordón de la Orden del Libertador; Medalla de Oro de la Federación Médica Venezolana; Gran Cordón de la Orden de la Corona de Bélgica; Gran Cordón de la Orden del Cóndor de Los Andes-Bolivia; Comendador de la Orden Carlos Finlay de Cuba; Comendador de la Orden do Cruzeiro do Sul Brasil; Oficial de la Legión de Honor, Francia; Medalla Nocht del Instituto de Medicina Tropical de Hamburgo, Alemania. Con motivo del III Congreso Medico Social Panamericano en 1951 en Caracas, en el discurso inaugural expresó: “El paludismo para Venezuela se trataba de un grave problema económico y social, cada dos horas moría de paludismo un hombre!....Antes de la campaña contra el paludismo se perdía todos los años por esa enfermedad 320.000.000 de bolívares, la lucha antipalúdica ha logrado reducir la tasa de mortalidad de 160 a 100 y luego a 10,……si desde que se emprendió la campaña antipalúdica se han gastado 60.000.000 y se han economizado 300.000.000, puede asegurarse que solo se ha tenido que invertirse en la lucha contra la malaria la quinta parte de lo que perdía anualmente la nación por causa de la terrible enfermedad”. El doctor Tejera falleció el día 28 de noviembre de 1980 a los 91 años.

El tabaco y la salud infantil

El tabaco y la salud infantil Por Dr. Carlos D’Suze Es muy bien conocido y documentado el impacto negativo que tiene el hábito tabáquico en la salud del adulto, casi todas las personas saben que fumar causa cáncer, enfermedades del corazón y otros problemas de salud graves, pero este inicio de sus efectos negativos se observan incluso antes de nacer, en el embarazo y continúan durante su proceso de crecimiento y desarrollo en la infancia. No es necesario que el niño o la madre fumen, el humo se fuma pasivamente como una combinación del humo exhalado por el fumador, así como el que es producto del cigarrillo, la pipa o el tabaco al arder. Esto se conoce como Humo de Tabaco Ambiental. Se estima que entre el 50-67% de los niños provienen de un hogar donde hay por lo menos un adulto fumador. Las consecuencias de esta exposición son evidentes a corto y largo plazo. Las mujeres que fuman durante el embarazo no solo corren un riesgo personal sino que ponen en riesgo la salud de sus bebés en desarrollo. Nada más estar donde hay humo de cigarrillo representa un riesgo para la mujer y su bebé. Los peligros de fumar durante el embarazo incluyen: • Más probabilidades de tener un aborto espontáneo, • Una de las causas de los problemas en la placenta, como Placenta Previa, Desprendimiento Prematuro de la Placenta y Ruptura Prematura de Membranas, la fuente que provee el oxígeno y el alimento al bebé durante el embarazo. • Se ha relacionado con niños con bajo peso y prematuridad al nacer, • Los bebés que nacen de madres que fumaron durante el embarazo tienen más probabilidades de tener defectos congénitos como labio leporino, paladar hendido o defectos del corazón. Este riesgo sobre la salud del humo de segunda mano, que se conoce también como fumar involuntariamente o fumar pasivamente, continúa en la infancia. Los niños son más vulnerables a los efectos del humo de tabaco en el medio ambiente debido a que todavía están desarrollándose físicamente, a que tienen un ritmo de respiración más acelerado que el de los adultos y porque no tienen control sobre su medio ambiente. Los niños con una exposición mayor al humo de segunda mano, tales como aquellos cuyas madres fuman, corren un riesgo mayor de sufrir efectos perjudiciales a la salud. En los infantes expuestos al humo de cigarrillo se ha encontrado una mayor incidencia de:  Retraso en el desarrollo intelectual, físico y neurológico, así como hasta el doble de posibilidad de padecer Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.  Mayor riesgo de sufrir infecciones de las vías respiratorias tales como infecciones de oído, neumonía y bronquitis.  Riesgo 50% mayor de desarrollar uno o más trastornos conductuales, como problemas de aprendizaje y Trastorno por Déficit de Atención.  Los niños que han sido expuestos al Humo de Tabaco Ambiental tienen mayor probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón durante la vida adulta, aunque NUNCA hayan sido ellos mismos fumadores.  Desencadenante y agravante de las crisis asmáticas. Fumar es dañino para todo el mundo, pero especialmente para aquellas personas que tienen asma. El tabaco irrita las vías respiratorias, haciendo que se inflamen, se estrechen y se llenen de una mucosidad pegajosa, por esta razón, si una persona con asma está expuesta al humo de tabaco en el medio ambiente, le puede provocar ataques de asma y aumentar la gravedad de los síntomas. En niños asmáticos se encontró un mayor número de crisis, una mayor incidencia de necesidad de asistir a emergencia y del número de hospitalizaciones y un menor control de su enfermedad, inclusive con medicación. Entre las poblaciones con mayor riesgo de exposición pasiva al humo del tabaco destaca la pediátrica. La ley antitabaco no se aplica en los domicilios y la prevalencia de tabaquismo domiciliario es muy elevada en los países occidentales. Lactantes y preescolares, que pasan la mayor parte del tiempo en casa y además tienen un organismo inmaduro, con mecanismos de defensa no suficientemente desarrollados, son los más vulnerables a los efectos nocivos del humo ambiental. Todas las personas expuestas al Humo de Tabaco ambiental están también expuestos a todas las sustancias toxicas que contiene, más de 4000. Abrir las ventanas o instalar ventiladores no disminuye la exposición. Por tanto: • Evite fumar en lugares cerrados, • Prohíba fumar en su hogar y vehículo, • Coloque letreros en los que declare su hogar Libre de Humo de Tabaco y de No Fumar, retire los ceniceros y todo lo que sugiera que en su casa es permitido fumar. Los ambientes 100% libres de humo de tabaco protegen tanto a los No fumadores como a los Fumadores. Nuestros hijos tienen derecho a vivir en un ambiente libre de humo. Protégelos. http://www.youngwomenshealth.org/spsmokeinfo.html, http://kidshealth.org/parent/centers/asthma_center.html, http://www.cdc.gov/spanish/tabaco/hispanic.htm, http://www.paho.org/spanish/dd/pub/10069_Fumadores.pdf Twitter: @carlosdsuze Facebook: epidemiorum salud publica e-mail: epidemiorum@gmail.com blog: http://epidemiorum.blogspot.com/

Dr. José María Bengoa: Sanareño de corazón

Dr. José María Bengoa: Sanareño de corazón
Por Dr. Carlos D’Suze Nació en Bilbao, España, el 20 de abril de 1913, en 1936 se graduó en Licenciatura en Medicina, en la Universidad de Valladolid, llegó a Venezuela en abril de 1938. A los tres meses, el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social le ofreció un puesto como médico rural en Sanare, Estado Lara, a la que se llegaba en dos días en autobús. Sanare, un municipio de unos tres mil habitantes en el casco de la población y doce mil más en caseríos dispersos por una gran extensión de tierra montañesa. Al llegar a Sanare le llamó la atención tres cosas aparentemente independientes: la estatura baja de una gran parte de la población, que pensó tendría un origen racial; en segundo lugar observó que lo niños escolares no jugaban durante el recreo, sino que permanecían sentado en la acera del patio y pensó que se debía a que no tenían balones, aros y otros objetos de los juegos infantiles; y finalmente la llegada al dispensario de niños de 1 a 3 años de edad, hinchados, con dermatitis similares a las quemaduras y una tristeza en la mirada que dolía el alma. Tuvo que pasar varias semanas para darse cuenta que las tres observaciones tenían un mismo origen: el hambre crónica, en el primero y segundo caso; y aguda en el tercero. Instaló en el patio del dispensario unas colchonetas para que los niños desnutridos permanecieran de 8 a 10 horas, con el fin de que recibieran así la alimentación requerida. Las madres colaboraban en el trabajo. Hubo temporadas en las que el patio llegó a tener hasta 10 y 12 niños. Los enfermos se recuperaban en 3 ó 4 meses a la vez que las madres recibían la educación alimentaria apropiada. Así nació el primer Centro de Recuperación Nutricional, hoy extendidos por todo el mundo. Un día el Padre Quintana fue a visitar el Centro y le preguntó cuándo daba de alta a los niños: su respuesta fue clara y sencilla: “cuando sonríen, Padre, cuando sonríen” Por ello se dedicó a estudiar la alimentación y las condiciones de vida de la población, naciendo el libro titulado Medicina social en el medio rural venezolano, que fue editado por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social en 1940. Fue llamado a Caracas para organizar una Sección de Nutrición en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. En la década de 1940 a 1950 se crearon una serie de instituciones, entre ellas el Instituto Nacional de Nutrición y la Escuela de Nutricionistas y Dietistas, que adquirieron cierto renombre en América Latina. En 1955, la Organización Mundial de la Salud, solicitó sus servicios al Ministerio de Sanidad, para ingresar en el Departamento de Nutrición. A partir de este momento se fueron extendiendo por todo el mundo los Centros de Recuperación Nutricional que tan buenos resultados están dando todavía. De regreso a Venezuela en 1974, tuvo la oportunidad de trabajar en el Consejo Venezolano de Investigaciones Científicas (CONICIT), cubriendo principalmente los temas de salud y nutrición, Por la misma época fue nombrado profesor del Curso de Maestría de Planificación Alimentaría y Nutricional de la Universidad Central de Venezuela y profesor visitante del MIT, en Boston. En 1983, pasa a dirigir una nueva fundación dedicada a los problemas de la nutrición y el hambre, la Fundación Cavendes, y en donde fue el Director Ejecutivo durante 13 años. Sus colaboradores y discípulos pensaron que el mejor homenaje era crear la Fundación Bengoa para la Alimentación y Nutrición “El esfuerzo por combatir y entender esa compleja interacción hambre-enfermedad lo convirtió en el primer Doctor en Nutrición de América Latina graduado en la Universidad de la Vida de Sanare. El 14 de febrero de 2002, con motivo de las actividades conmemorativas del centenario de la Organización Panamericana de Salud, se le confiere el título de Héroe de la Salud Pública, en Enero de 2004 recibe el Doctorado honoris causa por la Universidad de Alicante de España, mas recientemente, en Enero de 2006, la Universidad Simón Bolívar le confiere también el Doctorado honoris causa. El 16 de enero de 2010 falleció en Bilbao el eminente médico, sanitarista y especialista en nutrición. Nacido en el País Vasco, hizo de Venezuela su patria de acogida y residió en ella por más de 60 años.